La devoción a San Judas Tadeo es tan fuerte que ni el sonido de la alerta sísmica, que se activó la tarde de este viernes en la Ciudad de México, hizo que las miles de personas que estaban formadas a las afueras de la Iglesia San Hipólito se movieran, con tal de no perder su lugar en la fila para acceder a presenciar la reliquia del santo apóstol.
Incluso, dentro del recinto, los fieles católicos guardaron la calma cuando el personal de Protección Civil les ordenó apresurar el paso hacía la salida, pese a que solo tenían unos segundos para postrarse frente a los restos óseos, realizar una petición y tomar una foto.
“Entró muchísima seguridad. Lo único que hicimos fue apresurar el paso, vimos rapidito la reliquia y no salimos. Nadie corrió, nadie se empujó. Todo fue en orden”, afirmó Silvia, quien viajó desde Cancún, Quintana Roo, para apreciar la urna de cristal preservada por el Vaticano.
El Gobierno de la CDMX informó que la alerta se activó por un error.