China levantó este domingo la cuarentena obligatoria para los viajeros internacionales, medida que impuso en marzo de 2020 como parte de su estricta estrategia para evitar la propagación del Covid-19.

Con ello, redujo de Nivel A a Nivel B la categoría del virus Sars-CoV-2 y ordenó reabrir los aeropuertos y los controles fronterizos terrestres, aunque seguirá exigiendo una prueba negativa que haya sido realizada en las últimas 48 horas.

Hasta ayer, las personas que arribaban al gigante asiático debían aislarse en instalaciones gubernamentales, primero durante tres semanas, plazo que se fue reduciendo hasta quedar en cinco días en noviembre pasado.

El anuncio provocó la compra masiva de vuelos al extranjero, a pesar de que la nación asiática enfrenta un nuevo aumento explosivo de contagios.

Se prevé que la situación empeore con motivo de la celebración del Año Nuevo Chino a finales de mes, que provocará el desplazamiento de millones de personas para visitar a sus familiares.

Recordar que el mes pasado, después de multitudinarias protestas, el Gobierno de Pekín empezó a desmantelar su restrictiva política “cero Covid-19”, basada en confinamientos, pruebas masivas y cuarentenas, lo que permitió contener el virus, pero también frenó la economía y provocó descontento entre la población.