Darse un baño con agua caliente, una o dos horas antes de acostarse, puede mejorar significativamente el sueño.
Luego de una serie de estudios y factores evaluados por la Escuela de Ingeniería Cockrell, en la Universidad de Texas, en Estados Unidos, se comprobó que ducharse con agua que esté entre 40 y 42 grados, mejora el sueño y acelera la velocidad de quedarse dormido una media de 10 minutos.
Los expertos explican que tanto el sueño como la temperatura central de nuestro cuerpo, están regulados por un reloj circadiano ubicado dentro del hipotálamo del cerebro que impulsa los patrones de 24 horas de muchos procesos biológicos, incluidos el sueño y la vigilia.
El ciclo de temperatura conduce al ciclo de sueño y es un factor esencial para lograr un inicio rápido del sueño y un sueño de alta eficiencia.
