De acuerdo con datos del INEGI, el número de niños de entre 6 y 12 años, que instalan aplicaciones de juegos en teléfonos inteligentes, aumentó, luego de que en 2017 sólo el 8% lo hacía mientras que en 2023 el 40.7 por ciento, esto es 6.1 millones de menores de edad, el 43.6 por ciento son niñas y el 56.4 por ciento niños.
Al respecto la Profeco destacó que hoy los juegos que son descargados por los pequeños, son el pasatiempo popular, sin embargo los riesgos a los que se exponen van más allá de una simple actividad de ocio o entretenimiento.
Y es que alertó que algunas plataformas pueden ser utilizadas por adultos para realizar actividades ilícitas, como la explotación infantil y el acoso, lo que hace aún más importante la vigilancia por parte de los padres.
Otros riesgos que corren los niños al permanecer mucho tiempo con videojuegos en celulares o tabletas son: Bajo rendimiento académico; recibir gratificaciones instantáneas impulsa el consumo en momentos inoportunos; se ha identificado la creación de obstáculos artificiales que frustran el progreso o promueven la recompensa como forma de manipulación, con el objetivo de que pagues dinero para realizar compras dentro de la aplicación y seguir utilizando el juego.
Asimismo algunas formas de videojuegos permiten la suplantación de identidad usando un perfil falso, lo que puede llevar al acoso o violencia digital.
Perjudican la calidad y conciliación del sueño, pues la exposición a la luz de las pantallas electrónicas altera el reloj biológico; algunos juegos móviles generan ansiedad cuando las metas son difíciles de lograr o alcanzar.
En este sentido la Profeco recomendó a los padres de familia aprender a identificar si el juego es adecuado para la edad de los pequeños.