Una de las tradiciones más curiosas del Super Bowl fue iniciada por un gigante. Y por cierto, dicen que le fue muy bien económicamente. ¿De qué y de quién estamos hablando?
En 1987 inicia la tradición de que el jugador más valioso (MVP) exprese su deseo de conocer Disney World. El primero fue Phil Simms de los Gigantes de NY; se dice que le pagaron 75 mil dólares por mencionarlo.
No te pierdas:
Lo que Stalin recolectaba de las personalidades que visitaban Rusia