Aumentó a más de 11 mil 200 el número de fallecidos por el sismo de magnitud 7.8 del lunes pasado en Turquía y Siria.  

Del total de las víctimas mortales, al menos 8 mil 500 se registran en Turquía, mientras que en Siria, la cifra de decesos confirmados hasta el momento es de 2 mil 662.  

En tanto, los equipos de rescate trabajan a contrarreloj y con temperaturas bajo cero en busca de sobrevivientes que pudieran estar atrapados entre los escombros de los edificios colapsados.  

Sobre la dimensión de la tragedia, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, advirtió que la cifra de fallecidos podría duplicarse, ya que el tiempo se agota para los miles de heridos y desaparecidos.  

Asimismo, aumentan las críticas y el descontento por la escasa ayuda que llega a zonas de difícil acceso o afectadas por los conflictos geopolíticos.   

En Siria, la situación es especialmente crítica en las zonas controladas por los rebeldes, ya que la ayuda depende únicamente de los Casos Blancos y de voluntarios de Protección Civil, quienes hicieron un llamado urgente para el envío de ayuda internacional.  

En este sentido, el gobierno de ese país hizo una petición formal de ayuda a la Unión Europea, que mantiene sanciones contra el régimen de Bashar al-Asad por las constantes violaciones a los derechos humanos de la población iraní.  

Recordar que en Turquía se declararon siete días de luto nacional y estado de emergencia de tres meses en las provincias más afectadas.