El triunfo en cuestión de justicia para los animales que sufren algún maltrato en la Ciudad de México duró poco, ya que el pasado 31 de Diciembre, un juez dejó en libertad a Fidel, el diablero de la Central de Abasto que había quedado preso tras lanzar solvente y prenderle fuego a una perra pitbull.
El argumento de la defensa fue que el delito no era grave, la parte acusadora solicitó que no se le dejará en libertad ya que su comportamiento en sociedad no era el óptimo.
Basándose en la Ley, en el Nuevo Sistema Penal Acusatorio y en el Código Penal, la impartidora de justicia dio el beneficio a Fidel de recuperar su libertad, bajo las medidas cautelares de una firma periódica, tomar rehabilitación de las adicciones, no acercarse al animal, reparar el daño y contribuir con la Agencia de Gestión Animal al bienestar de los perros.
Este sujeto que en inicio aseguró que agredió a la perra porque le ladraba, dijo estar arrepentido, prometió dejar el alcohol y las drogas, y jamás volver a lastimar a un ser vivo.
