Reanimación cardiopulmonar junto con desfibrilación salvan la vida ante paro cardiaco

La intervención oportuna inmediata de
resucitación o reanimación cardiopulmonar  de soporte vital básico, junto con la herramienta llamada desfibrilación, han evitado la muerte súbita de 90 por ciento de las personas que sufrieron paro cardiaco en los primeros tres a cinco minutos después del colapso de la víctima.
De acuerdo con especialistas del Servicio de Hospitalización e instructora de Soporte Vital Básico y Avanzado del Centro de Entrenamiento en Reanimación Cardiopulmonar del Instituto Nacional de Cardiología, en la reanimación cardiopulmonar de soporte vital básico a través de la compresión del tórax, la sangre fluye y la respiración de rescate aporta oxígeno. El
objetivo es lograr la circulación sanguínea al corazón, evitar lesiones y secuelas de
este órgano vital y del cerebro.