La arritmia cardiaca es una alteración en el ritmo normal; puede ser rápida en el caso de las taquicardias o lentas, como la bradicardia. Puede presentarse de manera intermitente y es cuando las llamamos paroxísticas, pueden ser regulares o irregulares.
Las arritmias cardiacas pueden deberse al daño del músculo cardiaco o alteraciones en la generación o conducción del impulso eléctrico normal.
De acuerdo con Liliana Lizeth Galván Román, cardióloga con subespecialidad en ecocardiografía, existen diferentes tipos de arritmias, algunas pueden ser graves y poner en riesgo la vida del paciente; y otras pueden ser leves y nos permiten llevar una vida normal bajo supervisión y tratamiento de un especialista.
Conforme va avanzando la edad se hacen presente las arritmias cardiacas. De la población general, la fibrilación auricular afecta el 6% a mayores de 60 años y 8% a mayores de 80 años, siendo una de las arritmias más frecuentes; la media de edad aumenta paulatinamente, ya que actualmente se sitúa entre los 75 y 85 años de edad.
La arritmia se asocia a un riesgo cinco veces mayor de algún accidente cerebrovascular con una incidencia tres veces superior a desarrollar insuficiencia cardiaca congestiva y una mayor mortalidad.
Así la doctora Liliana Lizeth Galván Román, cardióloga con subespecialidad en ecocardiografía, reiteró qué existen factores internos y externos que pueden condicionar las arritmias cardiacas, entre las causas externas tenemos el estrés, cualquier emoción, miedo o nerviosismo puede desarrollar en algún organismo susceptible la arritmia o bien las bebidas con cafeína como el café o las bebidas energéticas con teína; el alcohol, drogas, toxinas y en algunos casos medicamentos específicos. Por eso es importante no automedicarse.
También, dentro de las causas o factores internos, tenemos los temporales que es por decir, cuando se acelera el metabolismo en caso de fiebre, alguna infección, algún trastorno electrolítico; que pueden causar arritmias o los permanentes como la enfermedad de las arterias coronarias que, a causa de la isquemia condicionan arritmia, la hipertensión arterial sistémica va dilatando el corazón y lo hace susceptible a arritmias; las enfermedades o inflamaciones del músculo cardiaco como las miocarditis generalmente causadas por virus.
En el caso del COVID-19 es una causa frecuente, anomalías cardiacas estructurales o valvulares.
En el caso del prolapso de la válvula mitral que es una alteración de la válvula que ocasiona demasiada arritmia, un septum interatrial aneurismático o bien la presencia de vías adicionales de conducción intracardiaca.
La cardióloga Liliana Lizeth Galván Román, con subespecialidad en ecocardiografía, explicó qué hay existen enfermedades que pueden condicionar arritmias como son las enfermedades de tiroides, el hiper o el hipotiroidismo, la obesidad también promueve el desarrollo de arritmias por tener un entorno proinflamatorio, debido a la mayor expresión de marcadores inflamatorios por los adipocitos.
Las manifestaciones clínicas en los pacientes son: referir la sensación de palpitación en el pecho, dolor en el pecho, fatiga, falta de aire, sensación de latidos lentos o muy rápidos, sensación de mareo que son las llamadas lipotimias, ansiedad, palidez o sudoración.
Esto nos da de manifestaciones clínicas las arritmias. En cuanto al diagnóstico de las arritmias, tenemos el electrocardiograma de reposo. Este estudio evalúa la conducción eléctrica, pero lo malo de esto es que lo tenemos que tomar justo en el momento en que presenta la arritmia el paciente.
A veces esta arritmia puede ser intermitente y ayuda mucho el monitoreo holter; este es una grabadora, la cual se conecta a los cables del electro en el pecho y la lleva por 24 horas el paciente haciendo sus actividades cotidianas, sometiéndose al mismo estrés de todos los días e identificar el tipo de arritmias que lo está causando y dar un tratamiento adecuado.
Para el diagnóstico, también nos es útil la prueba de esfuerzo en algunas arritmias que se desencadenan en presencial solamente de actividad física. Entonces, esto nos ayuda a determinar si es de etiología isquémica y éste nos va a dar la respuesta al tratamiento antiarrítmico que vamos a necesitar en estos pacientes.
El tratamiento se centra en las causas. Algunas de las arritmias detectadas pueden ser controladas únicamente con medicamentos que permitan estabilizar el ritmo cardiaco.
La necesidad de tratamiento varía en los distintos pacientes y depende de los síntomas y el riesgo de la arritmia que tenga. Se considera necesario en estos pacientes, indicar alguna terapia antiarrítmica y al mismo tiempo evaluar la necesidad de anticoagulantes o antiplaquetarios por el riesgo embólico que tienen.
A estos pacientes incluso, se les hace intervención mediante cateterismo cardiaco que permite identificar el origen de la arritmia y tratarla mediante la aplicación de calor y frío en la zona que está condicionando la arritmia. Estos procedimientos se conocen como ablación cardiaca.
En cuanto a la prevención, como sucede con toda afección cardiaca, se puede prevenir su aparición mediante adoptar un estilo de vida saludable, por ejemplo, llevar una dieta sana o balanceada, hacer ejercicio mínimo 30 minutos al día de ejercicio aeróbico progresivo, para lograr el acondicionamiento cardiopulmonar y de esta forma evitar la presencia de arritmias, ya que el ejercicio mantiene controlada la frecuencia cardiaca y la presión arterial.
También retirar factores de riesgo modificables como el tabaquismo, el alcoholismo, evitar el sobrepeso y la obesidad y sobre todo reducir el estrés. Una forma de reducir el estrés es haciendo ejercicio.
El ejercicio es vital para la salud cardiovascular.