La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) de Quintana Roo confirmó la contaminación en varias cuevas del Acuífero Maya a causa de la instalación de pilotes de concreto y acero a lo largo del tramo 5 de la ruta del Tren Maya, que va de Playa del Carmen a Tulum.
De acuerdo con el informe que compartieron los activistas del movimiento “Sélvame del Tren”, se encontró evidencia del derrame de cemento en cuerpos de agua dentro las cuevas Garra del Jaguar, Oppenhermer, Manitas y Dos Balas, así como un proceso de oxidación al interior de las cavernas.
Profepa también encontró el colapso de un techo o bóveda de una caverna sin nombre, ubicada a la altura del cenote Manitas.
Y es que más de 17 mil pilotes, con dimensiones de 1.20 metros de ancho por 25 metros de profundidad, alteraron los ríos subterráneos de la red de cavernas, de acuerdo con investigaciones del hidrólogo Guillermo DChristy.
Al respecto, la activista Patricia Godínez, señaló que existe un incumplimento de la condicionante 26 de la Manifestación de Impacto Ambiental concedida por Semarnat al gobierno federal para la construcción de la megaobra insignia del Presidente de México.
Cabe mencionar que en los 43.3 kilómetros de longitud del Tramo 5 se ubican las selvas de Muyil y de Calakmul.
Además del daño ambiental, hay preocupación por la preservación de vestigios arqueológicos y el potencial daño a la barrera de coral, dado que el proyecto ferroviario impacta directamente en el patrimonio natural y cultural de la Península de Yucatán.
Y es que Sélvame del Tren ha documentado en el último año que alteraciones actuales han llevado a la deforestación, la degradación de hábitats de fauna silvestre, como el jaguar, y preocupación de posibles colapsos en el futuro. Todas ellas forman parte de las diligencias del juicio de amparo 1003/2022 que se promovió para detener la obra.
