Entre caras pintadas de calaveras, Catrines, Catrinas, familias enteras y grupos de amigos se dio el ambiente en el Desfile de Día de Muertos de la Ciudad de México.
Aunque el desfile inició pasadas las tres de la tarde, desde las 10 de la mañana ya había público en las gradas que fueron colocadas en algunos tramos de Paseo de la Reforma y Avenida Juárez. En esta ocasión participaron más de 4 mil personas en las comparsas, carros alegóricos y cuerpos de baile que avanzaron desde la Puerta de los Leones en Chapultepec hasta el Zócalo capitalino.
El desfile se dividió en diferentes temáticas, por ejemplo, las raíces prehispánicas, las diferentes entidades del país y personalidades famosas de México que han fallecido.
Debido al calor que se sintió en la tarde, hubo venta de paraguas, bebidas y gorras. A la par, había maquillistas en diferentes puntos y cobraban 100 pesos por transformar el rostro en una calavera de color.
Hombres y mujeres procedentes del extranjero también se unieron a la fiesta y se dijeron sorprendidos por la fiesta que inundó las calles no sólo como colores, sino también con música y baile.
El Gran Desfile de Día de Muertos terminó con un concierto que inició después de las 7 de la noche en el zócalo y que tuvo como invitada especial a la agrupación La Maldita Vecindad.
Por la noche el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, informó que un millón 250 mil personas asistieron a este desfile y que la derrama económica ascendió a 4 mil millones de pesos.
