A más de un año de la devastación que dejó a su paso el huracán Otis por Guerrero y recientemente John, revela que el puerto de Acapulco sigue arrastrando muchos lastres que no se han podido resolver.
Afirmó el presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) Cuauhtémoc Rivera, quien agregó que aún falta mucho por hacer para poder asegurar que “Acapulco está de pie”.
“La realidad que viven los Acapulqueños es otra. Siguen siendo muchos los lastres que no se han podido resolver, empezando por la falta de agua potable, el insuficiente apoyo a los damnificados, la lenta recuperación de la operación hotelera que trae como consecuencia la baja afluencia turística, lo que a su vez genera falta de empleo, y la violencia que provoca una inseguridad persistente”.
El líder del pequeño comercio formal a nivel nacional agregó que más de 128,000 personas fueron afectadas, 40,000 casas inundadas en 39 colonias y 18 localidades rurales, por lo que contrario a lo que aseguran las autoridades, pocos han recibido apoyos.
“Ante esta dimensión de la tragedia, sólo al 25% de los afectados ha recibido algún tipo de apoyo. El turismo, la capacidad hotelera está jalando al 50%. Hay una falta de empleo muy importante, incluso algunos hoteles han anunciado su cierre definitivo como El Cano, el Grand Hotel Acapulco, Amarea y Holiday Inn. El desempleo sigue siendo una situación muy importante mucha gente ha tenido que migrar a otros estados porque no hay oportunidad en el puerto”.
Agregó que los que se quedan han empezado emprendimientos como venta de comida o ropa de paca, puestos en tianguis ambulantes, entre otros.
Y a todo esto dijo hay que agregarle el lastre de la violencia que se ha desatado en el puerto de Acapulco.
“La inseguridad sigue siendo un tema constante, balaceras, personas asesinadas, hospitales y escuelas, las escuelas trabajan un día sí y otro no, por la falta de agua en las escuelas, capacidad hospitalaria, servicio médico si está funcionando al 100, el comercio nada más dejo de funcionar una semana y con orgullo podemos decir que se mantiene resiliente, los hogares que no tiene agua potable son el 60 por ciento y un 40 por ciento que la tiene, es de manera intermitente, un día sí y otro no”.
Por todo ello hizo un llamado a la opinión pública, autoridades y tomadores de decisiones para que pongan su foco de atención en el puerto de Acapulco, en donde los lugareños aún se encuentran realizando grandes esfuerzos por restablecer una condición de vida regular, la que tenían previo a los desastres naturales Otis y John.