La Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa) afirmó que con la llegada de los vientos de otoño y el aroma a azahar que invade los hornos, las ventas de pan de muerto aumenten 40 por ciento durante esta temporada.
Agregó que 55 mil panaderías de todo el país encienden sus hornos día y noche para mantener viva una tradición que nos une. Desde los grandes talleres urbanos hasta las panaderías de barrio, cada una aporta su toque único, preservando una receta que pasa de generación en generación.
Explicó que en cada pieza se mezclan la herencia, el afecto y el arte del panadero. Su forma circular evoca el ciclo de la vida; las canillas representan los huesos y las lágrimas, y el toque de azahar o anís perfuma la memoria de quienes ya partieron.
Por ello, la Cámara Nacional de la Industria Panificadora, que preside Julián Castañón Fernández, destacó que el pan de muerto se convierte en el producto estrella, por lo que invito a todas las familias mexicanas a consumirlo, ya que forma parte de una tradición que perdura y que cada año vuelve a recordarnos que el amor y la memoria nunca mueren. “El Pan de Muerto no sólo se come; se comparte, se ofrece y se recuerda”, destacó.


