El efecto Taylor Swift quedó plasmado en el rating obtenido en el Super Bowl de este domingo. Con una audiencia que rebasó los 123 millones de espectadores en todas las plataformas de difusión, el encuentro entre los Chiefs de Kansas City y los 49 de San Francisco fue la transmisión por televisión más vista de la historia.
En Estados Unidos sólo tienen registro, aunque no tan exacto, de que la llegada del hombre a la Luna contó con más televidentes. Allí se habrían contado hasta 150 millones.
Se estima que la presencia de la cantante estadounidense contribuyó a que una parte del público que no está habituado a ver en evento deportivo, estuviera pendiente del programa que duró más de tres horas y donde también se contó con el trabajo de Usher en Show de Medio Tiempo.