La preparatoria es un momento crítico para las y los jóvenes que provienen de familias con bajos recursos en México. Y es que es en esta etapa de la vida donde entran en la disyuntiva sobre si continúan o no con sus estudios.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), actualmente hay cerca de cinco millones de estudiantes cursando el bachillerato en todo el país. Sin embargo, en los ciclos de la pandemia (2019-2020 y 2021-2022), dejaron de asistir poco más de 283 mil 500 alumnos.
Al respecto, el profesor Luis Antonio Mata Zúñiga, del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE), advirtió en conferencia en la Universidad Iberoamericana que es en el primer año de prepa cuando más se registra el primer rompimiento de abandono o interrupción de la trayectoria escolar.
Explicó que los principales obstáculos para seguir estudiando son la desigualdad social, pues es entre 15 y 17 años, cuando muchos comienzan a trabajar para ayudar con los gastos de la casa; mientras que en algunas regiones del país, las pocas oportunidades laborales y el contexto de violencia, los hace incorporarse al crimen organizado. Para las mujeres resalta que el embarazo o los cuidados en el hogar también son una de las principales razones de abandono escolar.
“Si se es joven y se tiene 15-17 años en la CDMX y no se está en la escuela, se está en el ‘No Lugar’; hay una presión muy alta por estar en ese espacio, porque el discurso adulto y el proceso de sociabilidad que ocurre con los pares, implica una necesidad de estar. Por otro lado, en diferentes contextos, esto cambia diametralmente: ‘Qué estás haciendo en la escuela, deberías estar trabajando, deberías estar en el Norte, en la milpa, deberías estar en el narco’”, mencionó.
Zúñiga Mata señaló que hay otros factores como el desinterés por las clases y los centros educativos. Por ejemplo, en la Zona Metropolitana del Valle de México, el deseo por acceder a planteles públicos con prestigio como son los de la UNAM y el IPN crean un “cuello de botella”, limitando los cupos. Agregó que solo tres de cada 10 aspirantes se quedan en su primera opción tras realizar el examen Comipems.
Por ello, dijo que es fundamental trabajar en políticas que promuevan la igualdad de oportunidades y la calidad educativa en todos los planteles de nivel medio superior.
En cuanto a las consecuencias de abandonar el bachillerato, el investigador mencionó que no solo está perder una formación para poder llegar a la universidad, aprender un oficio, así y ser parte de la movilidad social; sino además un espacio de refugio seguro para la inclusión, recreación, donde los jóvenes desarrollan su identidad y adquieren nuevas responsabilidades.
“La escuela funciona esencialmente como un espacio de vida juvenil, en donde la escuela no es solo un espacio de enseñanza, sino que también es un lugar de encuentro y un territorio para estar con otros significativos como yo, con los cuales comparto procesos de socialización, de sociabilidad […] Están las relaciones amicales, de noviazgo y de sexualidad”, explicó.
Las mujeres son quienes más concluyen el bachillerato
Por otra parte, el Inegi señala que, entre los ciclos 2020-2021 y 2022-2023, la matrícula femenina aumentó en un 2.2 por ciento (46 mil 189 estudiantes), mientras que la masculina disminuyó en un 2.3% (43 mil 874).
Además, tienen una tasa de eficiencia terminal casi un 10 por ciento mayor que los hombres, mostrando una mayor permanencia y éxito escolar.