Benedicto XVI fue sepultado en las grutas vaticanas

Foto: Captura de pantalla

Los restos del papa emérito Benedicto XVI, quien falleció el sábado pasado a los 95 años, fueron colocados este jueves en la cripta de la Basílica de San Pedro del Vaticano, con lo que culminaron los cinco días de exequias por su muerte.

El Papa Francisco, quien lo sucedió al frente de la Iglesia Católica tras su renuncia en 2013, encabezó el funeral, al que asistieron religiosos, políticos y unos 50 mil fieles. El hecho es considerado histórico, ya que es la primera vez que un sumo pontífice despide a su antecesor.

Como lo establece la tradición, el cuerpo de Joseph Ratzinger fue introducido en un féretro compuesto de tres ataúdes: el primero de madera de ciprés, el segundo de zinc sellado y el tercero de olmo barnizado.

Fue vestido con los paramentos pontificios, como el manto rojo, que es el color del luto papal, pero sin el palio, símbolo de jurisdicción pontificia, debido a que renunció. Su rostro fue cubierto con un pañuelo de seda blanca y en sus manos se dejó un rosario.

El féretro fue sellado con una cruz, su escudo papal y una placa con la leyenda en latín “Corpus Benedicti XVI P.M”, que quiere decir “Cuerpo Benedicto XVI Pontífice Máximo”. También se le colocaron cintas rojas alrededor, en las que se imprimieron los sellos de la Cámara Apostólica, de la Prefectura de la Casa Pontificia, de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del papa y del Capítulo Vaticano.

Finalmente, fue colocado en las grutas vaticanas, en la primera tumba de Juan Pablo II, la cual fue desalojada en 2011, cuando los restos de Karol Wojtyla fueron trasladados a la capilla de San Esteban, dentro de la Basílica de San Pedro, tras convertirse en santo.