A pesar del regreso al semáforo rojo y el cierre de los negocios no esenciales, en el Centro Histórico de la Ciudad de México se vivieron dos realidades, si bien no se permitía el paso a la plancha y los negocios estaban cerrados, algunos se las ingeniaban para atender al público.
Pero en las calles más cercanas a Tepito, la Merced y Mixcalco, la mayoría de los negocios operaban sin ningún problema se vendía ropa, comida y electrónicos entre otras cosas.
Quien asiste a comprar asegura que lo hace por necesidad y denuncian que algunos locales han incrementado hasta el doble sus precios.
“Fue necesario porque venimos a ver unos lentes, los precios se elevan porque hay menos locales abiertos, la gente no hace mucho caso, a unos les dicen que por acá y no entienden, están cerradas casi todas las calles, venimos por cosas y nos cerraron todo”