A 50 años de El Halconazo, ha prevalecido la más absoluta impunidad

Foto: La manifestación del 10 de junio sale del Casco de Santo Tomás, Cortesía Archivo: INEHRM

El 10 de junio de 1971 es una matanza orquestada por el Estado Mexicano, que tiene como responsable principal al expresidente Luis Echeverría. Agravio que sigue pendiente, afirmaron investigadores en el Foro: “Violencias de Estado en México. A 50 años de El Halconazo”, organizado por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).

Se trata de “un crimen de Estado sobre el cual ha prevalecido la más absoluta impunidad a diferencia de lo que ha ocurrido en otros países de América Latina en la que se ha logrado llevar al banquillo de los acusados y juzgar a los responsables de este tipo de matanzas, agravios y violaciones a los derechos humanos, en el caso de México no ocurrió eso, ha prevalecido una absoluta impunidad, hablamos de un agravio pendiente, de una fecha que sigue gravitando en la historia reciente”, explicó Alberto del Castillo, investigador del Instituto Mora.

El jueves 10 de junio de 1971 un aproximado de 10 mil asistentes ―entre estudiantes de a Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), ex presos políticos y representantes obreros― marcharon en la Ciudad de México en apoyo a la democratización de la la Universidad de Nuevo León (UANL)

Durante los primeros minutos de la manifestación, se hicieron presentes grupos de granaderos que intentaron disolver la marcha en dos ocasiones. No obstante, los estudiantes evitaron la confrontación y lograron seguir su trayecto por la Avenida México – Tacuba, en donde poco tiempo después aparecieron alrededor de mil jóvenes, armados con varas de bambú y varillas, que atacaron a los manifestantes dejando múltiples heridos.

Este grupo de jóvenes era un grupo de choque conocido como los Halcones, el cual estaba formado por pandilleros, miembros del servicio de limpieza y ex militares, entre otros. Dicho grupo se encontraba bajo las órdenes del Departamento del Distrito Federal, organismo que se encontraba a cargo de la nómina de este cuerpo paramilitar, quienes encabezaron una matanza sistemática contra los dirigentes estudiantiles y manifestantes.