“¿Campeones de qué? ¿De los Estados Unidos?”, fueron las palabras de Noah Lyles -campeón mundial de atletismo y medallista olímpico- al expresar su inconformidad con los equipos de la NBA, quienes se autoproclaman “Campeones del Mundo” al ganar un campeonato del torneo norteamericano. Los comentarios de Lyles fueron premonitorios, luego de que EE.UU. cayera 111-113 ante Alemania en el Mundial de Baloncesto.
La derrota llega como un balde de agua fría para los norteamericanos, que con un plantel rejuvenecido cayó de manera estrepitosa ante Alemania.
Los dirigidos por Steve Kerr habían sido advertidos de sus deficiencias. El pasado domingo, Estados Unidos perdió por 110-104 ante Lituania, pero consiguió avanzar de la segunda ronda de grupos con la doble derrota de Montenegro.
Alemania inició el partido a máximas revoluciones y sin ceder cancha a Estados Unidos fue tomando ventaja desde temprano en el encuentro y mantuvo el control del partido de inicio a fin.
Los germanos aprovecharon los errores defensivos de los norteamericanos, y encontraron la pintura sin problemas. Estados Unidos apostó por buscar anotaciones de tres puntos, pero no fueron efectivos y un excelente trabajo defensivo de Alemania limitaron las posibilidades de EE.UU.
Alemania también explotó la libre marca de sus jugadores, quienes convirtieron el 43% de sus tiros de larga distancia.
Otro factor notable en el partido fue la diferencia de estatura, con los jugadores alemanes superando el tamaño de los estadounidenses hasta por 10 cm.
Pese a la notable superioridad de Alemania, el marcador no se mostró tan disparejo como uno pudiera pensar. La clave del juego fue la clara falta de creatividad en juego de EE.UU., pues al terminar la primera mitad, la pizarra se mantuvo más que cerrada, con un marcador de 60-59 para los germanos.
Durante el tercer cuarto, Alemania dobló los esfuerzos y aprovechando aún más la superioridad física, consiguieron más robo de balones, más rebotes y explotaron en la duela, imponiéndose por un parcial de 35-24 y se ponían a 10 puntos de distancia, 94-84.
Los dirigidos por Steve Kerr tuvieron reacción en el último cuarto y pusieron contra las cuerdas a una Alemania que por primera vez en el partido parecían no saber cómo enfrentar a los estadounidenses.
No sin un susto, toda Alemania estalló en euforia al sonar la chicharra final, para cerrar el marcador 113-111.
Seis jugadores teutones consiguieron dobles dígitos en la columna de anotación, con Franz Wagner (22), Daniel Theis (21) y Andreas Obst (24) superando la barrera de los 20 puntos.
Por segundo Mundial consecutivo, Estados Unidos se va del torneo sin haber conseguido el oro y sin el título de “Campeones del Mundo”.
El tercer lugar se quedará en Norteamérica, el juego por el tercer lugar será este domingo (10 de septiembre) a las 2:30 AM (CDMX).
La gran final del Mundial se jugará el domingo (10 de septiembre) a las 6:40 AM (CDMX); entre Serbia, liderada por Nikola Jokic, ante una Alemania que trae el momento de una locomotora.
Por Jaime Gómez Torrres e imagen de yobro10/Depositphotos.com
