Más de diez misiles fueron disparados por Corea del Norte, incluido uno que cayó muy cerca de Corea del Sur.
Por ello, el presidente de esta úlitmo nación, Yoon Suk-yeol denunció la situación como “una invasión territorial”.
La ráfaga de disparos llevó a las autoridades surcoreanas a lanzar una inusual alerta de ataque aéreo en la isla de Ulleungdo (al este) y pedir a sus habitantes que se refugiaran en búnkeres bajo tierra.
El ejército detalló que el misil más cercano cayó en el mar a sólo 57 kilómetros al este del territorio continental de Corea del Sur, describió este lanzamiento como “muy inusual e intolerable”.
El presidente surcoreano convocó a una reunión de su Consejo de Seguridad Nacional para analizar el disparo.
