Al menos 3 mil personas sin vida y más de 7 mil 600 heridos deja, hasta el momento, el sismo de magnitud 7.8 que esta madrugada se registró en la localidad de Kahramanmaras, Turquía, en la frontera con Siria.
En Turquía se contabilizan más de mil 700 decesos, principalmente en Kahramanmaras y Gaziantep, que son las zonas más afectadas, mientras que en Siria, un país castigado por más de 11 años de guerra civil, el número de víctimas mortales es de más de mil 300.
Además, se estima que hay más de 2 mil 800 edificios derrumbados, entre cuyos escombros habría centenares de personas atrapadas, por lo que el número de fallecimientos podría aumentar.
Y esta mañana, el sureste de Turquía volvió a ser sacudido por otro temblor de magnitud 7.6, con epicentro en Elbistán. Asimismo, se han registrado más de 50 réplicas del terremoto de magnitud 7.8, siendo las mayores de magnitud 7.5 y 6.8.
Ante la dimensión del desastre, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, declaró siete días de luto nacional por las víctimas del terremoto, en tanto que su gobierno declaró el nivel más alto de alarma y puso en estado de alerta a sus Fuerzas Armadas en la zona, hasta donde han sido desplegados más de 9 mil elementos de rescate.
De igual forma, emitió una petición de ayuda internacional, por lo que estableció un corredor aéreo para la llegada de material y apoyo humanitario.
En Siria, la situación es catastrófica, ya que el sismo empeoró la condición de las poblaciones ya vulnerables y desplazadas, donde al menos 4.1 millones de personas dependen de ayuda humanitaria.
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja informó que ha dispuesto asistencia inmediata en efectivo a partir de su Fondo de Emergencia para la Respuesta a Desastres para ayudar en las labores de socorro en ambos países.
Gobiernos de otros países también han respondido a la petición de ayuda, entre estos Estados Unidos, Rusia, Países Bajos, Rumania, Azerbaiyán y la Unión Europea.
El terremoto se sintió con fuerza en 14 países, entre estos Líbano, Israel, Chipre, Egipto y Jordania, y es uno de los más intensos que han sacudido la zona en más de un siglo.
