El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, condenó la toma del Congreso de Brasil, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio de Planato de Brasilia, por parte de simpatizantes de Jair Bolsonaro.
Los llamó “vándalos” y declaró que serán “condenados” conforme a la ley. “Creemos que hubo una falta de seguridad. Serán encontrados y castigados. La democracia exige respeto a las instituciones”, dijo el mandatario al destacar que no renunciará al cargo.
Decretó la intervención federal del gobierno para control de la situación en Brasilia.