Con el objetivo de poner fin al ingreso masivo de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos, el Departamento de Seguridad Nacional, anunció dos nuevas medidas que anulan disposiciones aplicadas por la anterior administración.
La primera instrucción elimina las restricciones para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en áreas consideradas “sensibles”.
Ahora será más factible detener a individuos con antecedentes delictivos, incluso en instituciones escolares o religiosas.
La segunda medida ordena revertir la libertad condicional humanitaria a un uso estrictamente individual; con ello se devolverá el programa a su “propósito original” de evaluar cada caso de migrantes por separado, en lugar de permitir el ingreso masivo de 1.5 millones de personas bajo este beneficio.
De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional, se busca hacer cumplir las leyes migratorias sin las “restricciones” anteriores, al tiempo que se evitan abusos al programa de libertad condicional.