Estado de crisis energética fue declarado en Portugal, luego del apagón masivo que afectó a gran parte de la Península Ibérica, así como a zonas de Francia y Andorra.
La resolución del Consejo de Ministros portugués, indicó que la declaratoria es “con el fin de garantizar el suministro de energía indispensable para el funcionamiento de los servicios esenciales de interés público y las necesidades fundamentales de la población”.
Agregó que ante la interrupción general del suministro eléctrico, es necesario “salvaguardar las necesidades de la población, asegurar los suministros prioritarios y adoptar medidas excepcionales que permitan restablecer gradualmente el servicio de manera ordenada”.
El primer ministro de Portugal, Luís Montenegro, señaló que se prevé que “a partir de las centrales de Castelo de Bode y Tapada do Outeiro, se reactive todo el sistema de producción eléctrica en Portugal, y que la conexión a la red pueda recuperarse paulatinamente en todo el país”.