Fenómenos climáticos extremos como olas de calor, ciclones, huracanes, incendios y tormentas, afectaron durante el 2024, la escolaridad de uno de cada siete estudiantes, agravando la crisis de aprendizaje ya existente en el mundo.
Así lo señaló Unicef, al detallar que en total, 242 millones de estudiantes, desde preescolar hasta segundo ciclo de secundaria, se vieron afectados por eventos climáticos extremos en 85 países.
Un informe realizado por Unicef, indicó que “los niños son más vulnerables a los efectos de las crisis meteorológicas, como olas de calor, tormentas, sequías e inundaciones más fuertes y frecuentes”.
Además, su cuerpo es más vulnerable al calor que en el caso de los adultos, por lo cual los “niños no pueden concentrarse en aulas que no les ofrecen un respiro del calor sofocante, y no pueden llegar a la escuela si el camino está inundado, o si las escuelas son arrasadas por las aguas”.
Los eventos climáticos provocan cierres de escuelas y daños de infraestructuras, así como de material escolar, pero también pueden repercutir en la concentración, la memoria y hasta la salud mental y física de los alumnos.
Según el estudio, Asia meridional fue la región más afectada, con 128 millones de alumnos que tuvieron que hacer frente a interrupciones escolares relacionadas con el clima el año pasado, mientras que en Asia oriental y el Pacífico se vio afectada la escolarización de 50 millones de estudiantes.