La preocupación por la sustentabilidad de las finanzas públicas aumenta ahora que la expectativa de crecimiento se reduce, toda vez que esto podría significar una menor recaudación tributaria, mientras que la necesidad de elevar el gasto se incrementa con los nuevos programas sociales que se han anunciado en esta nueva administración.
Advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), quien agregó que la diferencia entre la tasa de crecimiento del PIB (2.3%) que se utilizó para calcular las finanzas públicas para el presente año y la más reciente estimación del Banco de México (0.6%) de inicio podría representar una menor recaudación de aproximadamente 90 mil millones de pesos, cifra que incluso podría ser mayor ya que los pronósticos de crecimiento se siguen ajustando a la baja para este año.
Agregó que evidentemente este faltante de recursos puede elevar el riesgo en diversos rubros de gasto sensibles para el crecimiento y el bienestar de los hogares.
Explico que de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda, indican que en enero pasado el gasto en salarios creció 0.8%, el de pensiones y jubilaciones tuvo un alza de 3.2% y el costo financiero se elevó 41.0%, dentro del cual el gasto en intereses, comisiones y gastos aumentó 88.3%. Sin embargo, un rubro que es fundamental para estimular el crecimiento económico, la inversión, continuó siendo una fuente de compensación, en especial a la baja. El gasto en inversión física se contrajo 22.4%.
El CEESP advirtió que ajustes de esta magnitud podrían poner en riesgo los programas sociales del gobierno, los que ya vienen del sexenio previo y los anunciados en lo que va de este gobierno. Evidentemente el bienestar de los hogares podría estar en riesgo y los niveles de pobreza podrían verse presionados.
En su clasificación administrativa, es decir, a través de las entidades que ejercen los recursos, se aprecia que en enero el gasto ejercido por la secretaría de educación pública disminuyó 49.9%, el de salud 11.6%, el de trabajo y previsión social 77.5% y el de bienestar 25.5%.
Por el lado de su clasificación funcional, que detalla hacia donde se canalizan los recursos, se aprecia que el gasto en salud disminuyó 34.3%, en educación 22.5% y en protección social 7.5%.
Ante esto el organismo, explicó que un menor ritmo de crecimiento podría representar una menor recaudación y un faltante de recursos puede elevar el riesgo en diversos rubros de gasto sensibles para el crecimiento y el bienestar de los hogares.