Pese al esfuerzo de las autoridades de la Ciudad de México, la segunda marcha contra la gentrificación, que se realizó la tarde de este domingo, también terminó con actos vandálicos.
Si bien la primera parte de la movilización de la estación del Metrobús Fuentes Brotantes a El Caminero, en Tlalpan, transcurrió de forma pacífica, todo cambió de regreso. Un grupo de jóvenes vestidos de negro y cubiertos del rostro, comenzó a quebrar con rocas y tubos cristales de la estación Perisur.
La tensión subió metros más adelante, cuando los más de 700 elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), con equipo antimotines, resguardaron las agencias de automóviles y otros negocios. Los encapuchados les respondieron lanzando rocas y cócteles molotov; una manifestante sufrió una contusión, pero fue atendida por personal del ERUM.
Para evitar un encapsulamiento, los agresores ingresaron al Circuito Cultural Universitario, aprovechando que las fuerzas de seguridad no podían ingresar a Ciudad Universitaria sin el aval de la UNAM. Pero lejos de dispersarse, vandalizaron casetas de vigilancia. Al llegar al Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), realizaron pintas y destrozaron parte de la fachada, además saquearon la Librería Julio Torri. Esto fue reprobado por algunos manifestantes.
“Entiendo la queja de los compañeros, hay recortes en la universidad, porque esto lamentablemente lo van a enfocar los medios. Invisibiliza mucho, lamentablemente lastima. No sé si era necesario”, expresó Alberto en entrevista con 88.9 Noticias.
Por la noche la UNAM condenó los actos de destrucción y saqueo, por lo que analizará los sistemas de videograbación para realizar las denuncias correspondientes.
Cabe mencionar que los daños no fueron mayores, gracias a que casi todos los negocios bajaron sus cortinas, atendiendo la sugerencia de la alcaldía. Otros, incluso, colocaron carteles con mensajes como “somos un negocio 100% mexicano”.
“Pasaron a las 11:00 de la mañana para sugerirnos que cerráramos. Amenazaron con que iba a haber muchos desmanes”, dijo un empleado de una panadería frente a la estación Santa Úrsula que reabrió cuando pasó el contingente.
Según la SSC-CDMX, hubo saldo blanco durante la jornada, ya que ninguna persona atendida requirió traslado al hospital.
La vivienda no es un lujo
En cuanto al objetivo de la marcha, cerca de 600 jóvenes al grito de “¡Queremos vivienda, el Mundial nos vale v*rg*!” y “La vivienda es un techo, no me hagan elegir entre comer y tener un techo!”, exigieron al gobierno de CDMX actuar contra los abusos de la industria inmobiliaria y en el costo de la renta. También señalaron la urgencia de más construcción de vivienda de interés social:
“Pagar una renta individualmente es casi imposible, por eso desde hace tres años vivo con roomies. Ahorita pagamos 8 mil 500, pero, justo, nuestra casera nos quiere subir a 10 mil. Incluso ese precio sigue siendo el más barato en comparación con otros que hay alrededor”, señaló Ariel, quien vive en una unidad de la colonia El Caracol, en Coyoacán.