El insomnio es un trastorno del sueño que consiste en la dificultad para dormir y permanecer dormido mínimo siete horas seguidas. Se clasifica en transitorio, es decir, de tres días a la semana, hasta por dos semanas, el de corta duración o agudo que abarca de una a cuatro semanas e insomnio crónico por más de cuatro semanas
“Hay estimaciones de que aproximadamente una persona con insomnio deja de hacer sus actividades rutinarias al menos 21 días al año, o sea 21 días perdidos al año, comparable o mayor incluso que otras enfermedades. Se presenta tres o más noches por semana y lo definimos en que haya durado por lo menos tres meses, para hablar de un insomnio crónico. El tener dificultades para empezar o mantenerse dormidos se presenta aproximadamente en tres de cada 10 adultos; como tal el insomnio crónico se presenta en dos de cada diez adultos”.
Así lo dijo, Alejandro Jiménez, presidente de la Academia Mexicana de Medicina del Dormir en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Sueño, que se conmemora este año el 13 de marzo, bajo el lema “Mejor sueño, mejor vida, mejor planeta”.
“¿Cuáles son las consecuencias? Cansancio, irritabilidad, fallas en concentración. Pero están todavía las que se presentan a mediano y largo plazo. Son las más graves: personas con insomnio crónico tienen un riesgo mayor de desarrollar hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, incluyendo infarto del miocardio, enfermedad coronaria, enfermedad cerebro vascular. También cuestiones metabólicas, como diabetes, sobrepeso, obesidad, trastornos de salud mental. Personas con insomnio crónico tienen dos veces mayor posibilidad de desarrollar depresión”.