El presidente de Rusia, Vladimir Putin, acusó a las potencias de Occidente de querer desaparecer de una vez y para siempre a su país, lo que, aseguró, pone en riesgo la existencia de la Federación Rusa.  

Durante un discurso sobre el estado de la nación ante las dos cámaras del Parlamento ruso, el primero desde abril de 2021, denunció que Occidente utiliza a Ucrania como un ariete contra Rusia y de querer convertir un conflicto local en una confrontación global.  

Por ello, advirtió que cuanto mayor sea el alcance del armamento suministrado a Ucrania, Rusia estará más obligada a alejar la amenaza de sus fronteras; que la derrota de su país en el campo de batalla “es imposible” y que logrará, paso a paso, sus objetivos en Ucrania.  

Y a tres días de que se cumpla el primer aniversario de la invasión militar en Ucrania, Vladimir Putin atribuyó la responsabilidad del conflicto a las élites occidentales y al actual régimen de Ucrania, el cual, aseguró, negoció desde antes el suministro de armamento, pese a los intentos rusos para resolver el conflicto de manera pacífica.  

Tras las declaraciones del Vladimir Putin, Ucrania juró “expulsar y castigar” a Rusia, mientras que Jens Stoltenberg, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), aclaró que nadie está atacando a Rusia, ya que Ucrania es la víctima de la agresión y lamentó que el presidente ruso se esté preparando para más guerra.  

En una declaración conjunta con el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro Kuleba, Stoltenberg aseguró que la suspensión del cumplimiento por parte de Rusia del START III supone que la arquitectura de control de armas ha quedado “desmantelada”.  

Y durante su visita a Varsovia, capital de Polonia, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió que Ucrania nunca será una victoria para Rusia, por lo que alabó la resistencia de Kiev, que sigue libre y en pie.