Robert Brooks, un prisionero afroestadunidense en Nueva York, murió bajo custodia tras recibir una brutal paliza en la cárcel de Marcy.
El detenido tenía las manos atadas y fue golpeado incluso cuando ya estaba inconsciente. Todo quedó registrado en la cámara corporal de uno de los guardias que participó en la agresión.
Brooks, de 43 años, fue declarado muerto en un hospital la mañana siguiente.
Trece guardias penales y una enfermera implicados en los hechos podrían ser despedidos, señaló la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, quien se dijo “indignada y horrorizada por el asesinato sin sentido (sic)”.
Brooks cumplía una condena de 12 años de prisión por agresión en primer grado desde 2017.