El mexico-británico Manuel Guerrero compartió la mañana de este martes la pesadilla que vivió tras haber sido encarcelado durante 44 días en Qatar, y posteriormente, retenido en el país árabe por seis meses más, por el presunto delito de posesión de drogas.
En conferencia de prensa desde las instalaciones del Sutin, en la colonia Nápoles, de la alcaldía Benito Juárez, agradeció la lucha incansable que emprendió su familia y la comunidad LGBTQ+ por su libertad, pues pensó que “nunca volvería a casa”.
Sin embargo, recalcó que su arrestó, ocurrido el pasado 4 de febrero en Doha, fue únicamente por ser homosexual, lo que está criminalizado, al asegurar que le sembraron metanfetaminas con tal de poder juzgarlo, lo que significó una grave violación a los derechos humanos. Incluso, dijo que en prisión fue torturado para delatar a más residentes homosexuales, negándole su medicamento contra el VIH.
“Qatar, siendo uno de los países más ricos del mundo, mantiene centros de detención en condiciones inhumanas e insalubres. Y el mismo estado no garantiza el debido proceso al promover la tortura física y psicológica; y no provee asesoría legal ni traducción”, narró.
En este sentido, el exgerente de aerolínea de 44 años, advirtió a la comunidad a tener cuidado este tipo de países, pues señaló que previo a la Copa del Mundo la normas se flexibilizaron, pero tras el evento volvió la represión.
Y es que fue arrestado después de concertar una cita en su departamento con otro hombre, quien resultó ser un agente de policía encubierto que contactó a través de la aplicación de citas gay Grindr.
“Sé que en Qatar (ser homosexual) es un delito e incluye de cuatro siete años de prisión […] Yo cumplí con todas las reglas estando en público. Entonces, siempre había una regla que no estaba escrita que, mientras estuvieras dentro de tu casa, no había peligro […] Durante siete años viví sin ningún problema”, explicó.
México lo ayudó más que Reino Unido
Manuel agradeció a la prensa nacional e internacional por ejercer presión a las embajadas tanto de México y Reino Unido por trabajar en su caso, pues en marzo pasado consiguió seguir su proceso en libertad y poder dejar el país tras pagar una multa de 10 mil riyales (algo así como 50 mil pesos).
“Al principio creo que el arranque fue lento, pero yo vivía en Qatar registrado como ciudadano británico y la primera embajada que me fue a visitar fue la de México; Inglaterra lo hizo por llamada telefónica […] Sin duda el apoyo de México fue más fuerte conforme pasaban los días. Incluso el cónsul me fue a dejar al aeropuerto”, afirmó.
Finalmente, el mexico-británico dio a conocer que, ahora que está en su país de origen, aprovechará un tiempo para disfrutar a su familia y sanar, antes de poder regresar a ejercer su profesión.
Por su parte, su hermano Enrique Guerrero, señaló que aún en la propia legislación qatarí la detención fue arbitraria, por lo que iniciaron un procedimiento ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para sentar un precedente, aunque reconoció que el fundamentalismo qatarí podría rechazar cualquier recomendación.