Jens Stoltenberg, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), acusó a Rusia de pretender usar el invierno como arma de guerra en Ucrania.
Esto, ante los recientes ataques rusos a gran escala en Ucrania, que han dañado de forma severa la infraestructura eléctrica y de gas, así como los servicios básicos, que han dejado a miles de ucranianos sin luz, calefacción y suministros.
En este contexto, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, advirtió que Rusia está planeando nuevos ataques, por lo que pidió a combatientes y civiles estar preparados para una nueva semana de tensión en la red eléctrica, con temperaturas de hasta 11 grados bajo cero.
La advertencia de Zelensy es reforzada por la presencia de un barco portamisiles ruso en el Mar Negro, después de muchos días de no verse uno, por lo que, incluso, autoridades de Kiev, capital de Ucrania, se preparan para evacuar a una parte de los 3 millones de personas que permanecen en la ciudad.
Por su parte, el Kremlin negó que vaya a entregar el control de la planta nuclear de Zaporiyia al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), como aseguraron directivos de Energoatom, operador de la mayor central de Europa.