Durante la semana que recién terminó, a la iglesia católica le llamaron la atención dos situaciones en particular y así lo describió en la editorial del Semanario Desde la Fe. La primera fue la reunión de las dos precandidatas a la presidencia de la república, Claudia Sheinbaum y Xochitl Gálvez, con el Papa Francisco en el Vaticano.
La segunda es que los Obispos de Guerrero sostuvieron reuniones con líderes de organizaciones delictivas en aquel estado, buscando pacificar la zona y reducir la violencia con la que se han manifestado en las últimas semanas.
Sobre esto último se lee lo siguiente: “No se trata de una negociación que busque promover delitos, tampoco de una negociación con la que la Iglesia gane algo; de lo que se trata, es de una negociación en la que los hermanos puedan reconocerse entre hermanos”.
“En un clima de violencia en el que se pierde de vista al ser humano, priorizando las ganancias, las venganzas, o el orgullo, salen perdiendo todos: los niños sin clases, los padres de familia con actividades económicas a medias, por supuesto las vidas perdidas en esa misma violencia. Parece que surgió la esperanza de reducir la violencia y recuperar las actividades normales de los ciudadanos, lo cual sería el primer paso en un proceso de conversión que Dios desea hacer fructificar en los corazones de todos”.