¿Hasta qué punto es válido grabar con celulares en los conciertos?

Foto: Lalo González / Grupo ACIR

Hace pocos días, el grupo británico de rock Placebo ofreció un par de conciertos en México y más allá del repaso de sus éxitos sobre el escenario, lo que llamó la atención fue su prohibición para que el público sacara su celular y comenzara a tomar fotografías o videos del espectáculo.

 

La sorpresa fue más grande cuando el vocalista, Brian Molko, detuvo el concierto en el Teatro Metropólitan para regañar a aquellos que se atrevieron a desatender su petición y sacaron sus celulares. Lo que dijo fue esto: “Sólo quiero recordarles a todos los que insisten en usar su celular, que me están haciendo enojar… y si estoy enojado, pongo menos atención al concierto… entonces, ¿ustedes quieren un buen jodido concierto? Dejen su celular”.

Foto: Lalo González / Grupo ACIR

Bien. Lo que pasó con Placebo pone de nueva cuenta sobre la mesa la pregunta: ¿hasta qué punto es válido grabar con el celular durante los conciertos? Hay quienes sacan sus celulares para cantar en modo selfie toda una canción o dos; también están los que sólo toman una foto del recuerdo; y además están quienes graban gran parte de la velada e inclusive no ven el espectáculo en el escenario, sino a través de la pantalla de su celular.

 

Esa actitud de los integrantes de Placebo no es nueva. Desde antes, cantantes como Björk ya han prohibido el uso de celulares en sus conciertos. Madonna en su gira anterior, la de “Madame X”, también impidió que sus fans tomaran fotografías o grabaran. Bob Dylan adoptó la misma regla en diciembre del año pasado con sus shows por Europa… y es que, claro, esta tendencia de grabar todo con el celular no es exclusiva de México, pues se repite en gran parte del mundo.

 

Ahora bien, esto también se ve reflejado en otro tipo de espectáculos y los artistas tienen sus opiniones al respecto. La poeta española Elvira Sastre, quien se acaba de presentar en el Teatro Metropólitan con una velada de poesía y música, comenta en entrevista: “Sí que hay momento en lo que ves teléfonos. La gente quiere guardar sus recuerdos. A mí me encantaría que la gente se olvidara de sus teléfonos y disfrutara, pero también entiendo que si les hace ilusión en un momento grabar algo… hay un poema en el que le pido a la gente que deje los teléfonos y cierre los ojos y se concentre en una especie de meditación”.

 

Ahora bien, existe otro tipo de molestias con los celulares en los espectáculos, es decir, cuando alguien del público contesta una llamada o envía mensajes de texto en plena función de cine o teatro. Esa es una verdadera grosería. Es una falta de respeto para las personas que trabajan en estos recintos, pero también para el público que intenta disfrutar sin distractores de una película o de una obra.

Foto: Lalo González / Grupo ACIR

¿A quién no le ha pasado, que nos echan a perder la escena más emotiva, reveladora o llena de acción por el brillo de una pantalla de celular? Peor aún: hay quienes le dejan el sonido a sus pantallas y se escucha cuando teclean un menaje o se atreven a contestar las llamadas como si no hubiera nadie más en la sala.

 

Para ahondar en lo molesto que resulta esta acción, platicamos con productores de cine y teatro, directores de escena y actores. El primero en hablar es el productor Guillermo Wichers: “No estás en la sala de tu casa, estás respirando el mismo aire que los actores. Es en vivo. Toda esa ficción está siendo recreada para ti y de pronto, cuando la gente pierde el tiempo en la pantalla, es lamentable… hasta donde nos desconecta de aquello que requiere nuestra atención”.

 

Guillermo, quien ha producido obras de teatro como “Jesucristo Súper Estrella”, recuerda una anécdota que tuvo con la fallecida Lilia Aragón cuando asistieron a ver el musical “Peter Pan”: “A punto de dar la tercera llamada, doña Lilia Aragón empieza a ver la cantidad de pantallas prendidas en las seis o siete filas que había delante de nosotros y me dijo, ‘Esto es el verdadero enemigo del teatro. No la apatía del consumidor, sino las pantallas de los celulares. No sabes lo que uno siente cuando estamos sobre el escenario y vemos la luz sobre la cara de los espectadores. No sabes lo decepcionante que es como actor, que estás dando la vida y saber que los demás están leyendo un mensaje y no les importa tu trabajo”.

 

Ya lo dijo el productor: a veces lo molesto es ver el brillo de las pantallas en las butacas de adelante. Es un distractor para el público, para los actores y los trabajadores técnicos de las puestas en escena.

 

Y en el cine ocurre lo mismo, pues el brillo del celular también distrae. Inclusive se han documentado pleitos al interior de las salas entre personas que piden que se deje de usar el celular y el público que no entiende que esa es una falta de respeto.