Todos mentimos. En ocasiones, sin querer, pero otras veces otras con toda intención. Desde la clásica voy en camino hasta las más complejas ficciones que sostienen relaciones, empleos o incluso gobiernos. Con la evolución y desarrollo del cerebro humano, mentir se convirtió en una herramienta con la que se nace
“Sacar ventaja de los demás, para lograr objetivo personales, que nos conviene a nosotros. Una mentira que es defensiva y otra mentira que es agresiva. Si yo miento para defenderme o miento para sacar provecho de los demás es agresiva”
Así lo dijo, Dolores Mercado Corona, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, a través de una capsula de UNAM Global