El consumo excesivo de grasas saturadas y azúcares refinadas, afecta las habilidades mentales, las emociones y la manera de envejecer.
De acuerdo con Claudia Pérez, del Departamento de Farmacología del Cinvestav, los alimentos conocidos funcionales, como la semilla de chía, nopal, soya y la raíz de la cual se obtiene la cúrcuma, además de prebióticos, por ejemplo, la fibra soluble sobre la función cerebral, mejoran microbiota intestinal y la prevención de afectaciones en el cerebro, incluida la inflamación y algunas enfermedades neurodegenerativas, entre ellas el alzhéimer.