Con estimuladores cerebrales profundos IMSS Guanajuato cambia calidad de vida a pacientes con Parkinson

Con personal altamente calificado y equipamiento de alta tecnología, en la Unidad Médica de Alta Especialidad Hospital de Especialidades No. 1 en el Centro Médico Nacional Bajío del IMSS en León, son atendidos con estimulación cerebral profunda pacientes con Parkinson, enfermedad neurodegenerativa caracterizada por generar síntomas motores y no motores. 

La cirugía de estimulación cerebral profunda consiste en un procedimiento innovador que ofrece a población derechohabiente con diagnóstico de Parkinson, una mejoría sustancial en su calidad de vida. Se trata de un dispositivo con tecnología avanzada a la altura de la utilizada en cualquier otra parte del mundo, que se emplea en la UMAE No. 1 y que ha cambiado la vida de 50 pacientes.

El doctor Óscar Pérez Sánchez, jefe del departamento de Neurocirugía en la unidad, explicó que, “el procedimiento consiste en la introducción de dos electrodos guiados por técnicas quirúrgicas y estudios de imagen, se colocan en una parte profunda del cerebro y se conectan por debajo de la piel a un generador de pulso, una especie de marcapasos que manda señales al cerebro para regular la actividad eléctrica que normalmente está desorganizada en los pacientes con Parkinson”.

El especialista informó que a nivel institucional este procedimiento se lleva a cabo solo en cinco hospitales ubicados en la Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco y Coahuila, además de Guanajuato, siendo este último el que mayor producción tiene al respecto, durante los cuatro años en los que se ha realizado este tipo de cirugía.

Los pacientes que son candidatos a la cirugía dependen del tiempo de evolución de la enfermedad, ya que existen momentos precisos de la afección en la que él o la paciente puede tener mayores beneficios, pero también hay quienes ya están muy avanzados o tienen enfermedades adicionales, lo cual impide que sean candidatos a la operación.

El doctor Pérez Sánchez señaló que, este procedimiento involucra a un nutrido grupo de personal del IMSS desde la especialidad de Neurología, Enfermería, Psicología, Trabajo Social, Radiología, Anestesiología y camilleros, entre otros.

La cirugía se realiza con el paciente despierto para observar que durante la operación tenga una respuesta adecuada e incluye una preparación previa a la cirugía al colocarle un equipo especial en la cabeza y la realización de una tomografía para conocer dónde serán colocados los electrodos, por lo que se pueden llevar de 8 a 12 horas cada procedimiento.

Previamente, se realiza al paciente una resonancia magnética con características muy específicas, para analizar el cerebro y verificar que sí sea candidato, que no existan otras enfermedades como tumores, hemorragias o infartos. Con software especializado se empalman las imágenes de la tomografía y la resonancia para lograr una secuencia milimétrica del cerebro e identificar la zona de alta precisión donde se instalará el estimulador.

El paciente con esta enfermedad se ve afectado al no poder moverse ni desplazarse o hablar adecuadamente y sufrir afecciones emocionales, pero también su núcleo familiar tiene impacto; por lo que la cirugía mejora su calidad de vida, ya que la estimulación cerebral profunda ayuda para que la actividad cerebral vuelva a lograr una sincronización a niveles fisiológicos, para que él o la paciente recupere el movimiento y disminuya el temblor característico, vuelve a ser autosuficiente, impactando incluso en algunos casos en menor ingesta de medicamento.