Con la temporada navideña, las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México enfrentan un aumento considerable del comercio informal.
Actualmente, sitios emblemáticos como Bellas Artes, la Alameda Central o la Catedral Metropolitana, lucen invadidos por ambulantes que ofrecen artesanía, ropa, juguetes, botanas y hasta alimentos preparados a todas horas del día con el uso de gas LP, anafres y aceites.
Durante un recorrido, trabajadores y vecinos de la zona señalaron a 88.9 Noticias los problemas que enfrentan al cruzar entre los puestos.
El señor Juan Sánchez trabaja en un despacho de abogados en la Avenida Juárez y afirmó que representan un obstáculo para los peatones que caminan sobre la Alameda; sin embargo, reclamarles es un peligro para su integridad.
“El ambulantaje se ha apropiado de la vía pública. El peatón se tiene que bajar de la acera para poder seguir caminando para llegar a su destino, lo cual le puede ocasionar un accidente […] Si llegamos a decir algo a los mismos vendedores, ellos ya se volvieron muy agresivos”
“Que les hagan espacios especiales a ellos, donde no entorpezcan las vías”, agregó.
Quienes padecen más esta situación son los adultos mayores, como la señora Natalia frecuentemente acude a la Catedral Metropolitana y las farmacias del primer cuadro. Además, apuntó que la alta informalidad daña la imagen de la antes llamada “Ciudad de los Palacios”
“Sí obstruye, como voy rodeando, donde hay menos gente es donde paso”
“Sí, la imagen la afecta, porque viene mucho turista, ya no les dejan tomar fotografías a los edificios históricos […] Si pudieran buscar un local donde pudieran poner su mercancía, pues ya sería mucho mejor para nosotros”, solicitó.
Incluso, personal de limpieza mencionaron que han notado más basura al amanecer, lo que retrasa los trabajos.
Un golpe para los negocios formales
Por su parte, empleados de establecimientos formales se quejan de que los puestos tapan sus entradas y alejan a sus potenciales clientes.
José Luis, quien trabaja para una tienda de trajes para caballero en la calle Fray Pedro de Gante, reconoció que cada fin de año es lo mismo: sus ventas se ven afectadas y, aunque han solicitado la intervención de la alcaldía Cuauhtémoc, aseguraron que los líderes del ambulantaje son los verdaderos dueños de la zona:
“Desde que se empezaron a poner pues sí afecta, baja la venta. De hecho en Madero está cerrado, te dejan un pasillo para pasar tres personas, entonces la gente se sigue, no entra.
Los líderes del ambulantaje son un problema, y ahora son más puestos […] Los dueños ya han metido escritos, pero la delegación no hace caso”, denunció.
Por si fuera poco, explicó que el ambulantaje fomenta una doble extorsión: pagar al “líder de la calle” por un espacio y a la delincuencia organizada bajo amenaza.
Como los vendedores no están regulados, hay muy bajo índice de denuncia, pues la piensan dos veces para ir con las autoridades ante la falta de permisos.