Las naciones se reúnen para hablar sobre democracia y equidad.

En el marco de la 78 Asamblea general de la ONU, el presidente de Estados Unidos Joe Biden y su par brasileño, Lula Da Silva, se reunieron este miércoles 20 de septiembre para proponer una iniciativa que promueve los derechos de los trabajadores y discute las violaciones a las garantías de la población internacional.

Esto un día después de que el mandatario de Brasil declarara que la ONU ha perdido su capacidad para mediar conflictos. Así, propuso una reforma al Consejo de seguridad del organismo internacional.

Esta propuesta fue apoyada por el presidente americano, que solicitó que se ampliara el número de asientos permanentes dentro de la Organización, ya que la falta de voces “impide el progreso y el consenso en el Consejo”.

Continúo su discurso diciendo: “Apoyamos la idea de que otras naciones se propongan liderar de forma innovadora en la búsqueda de soluciones a los problemas difíciles”.

Los mandatarios hablaron sobre la importancia de tomar decisiones pensando en construir naciones democráticas, capaces de superar el odio, el miedo, la desinformación y la opresión.

Da Silva estableció: “La comunidad internacional está sumergida en un torbellino de múltiples crisis simultáneas: la pandemia del Covid-19, los abruptos cambios climáticos, la inseguridad alimentaria y energética, el hambre y la desigualdad económica, todo esto ampliado por crecientes tensiones geopolíticas”.

Llama la atención que los líderes hagan estas declaraciones, considerando que Corea del Norte y Rusia se reunieron el pasado miércoles 13 de septiembre para discutir un presunto intercambio de armamento. En esta, el líder Kim Jong Un prometió apoyar al Kremlin en su lucha contra Ucrania.

Como dato relevante, hubo una primera reunión entre Brasil y Estados Unidos el 10 de febrero de este año, en la que ambos mandatarios hablaron sobre el cambio climático y la importancia de acelerar las medidas para proteger la Amazonia.

De acuerdo con los funcionarios, también se habló sobre el trabajo infantil, la economía colaborativa, la discriminación contra las mujeres en el lugar de trabajo, el respeto a la comunidad LGBTQ+ y las minorías raciales y étnicas.

La alianza estratégica entre estas naciones busca hacer frente a las violaciones internacionales cometidas contra la democracia.

De la misma forma, se espera que discutan un posible plan de acción para lidiar con el conflicto armado en Ucrania, tomando en cuenta que el presidente Volodímir Zelenski pidió a los líderes mundiales que se mantuvieran unidos contra la invasión de Rusia e hicieran lo posible por frenar el armamentismo, castigar los crímenes de guerra y asegurarse de que ninguna nación vuelva a atacar a otra. A esta solicitud, Estados Unidos respondió: “ningún país estará seguro si Ucrania cae ante Rusia”.

Los mandatarios Biden y Da Silva establecen que comparten una visión común relacionada con el crecimiento económico, equitativo e inclusivo y que se sienten comprometidos para asegurar los derechos de los trabajadores y demás personas cuyas garantías se estén violentando.

Por medio de esta reunión, Washington demuestra que también tiene aliados estratégicos y que, si se trata de tomar bandos, hace lo posible para poner a la mayor cantidad de países de su lado. Es posible que su actitud de mediación sea en realidad una declaración pasivo-agresiva de guerra frente al conflicto Rusia-Ucrania y la alianza entre Kim Jong Un y Vladímir Putin.

Con información de Natalia Arreola Becerril.