Acercan la música a las personas sordas

Foto: Lalo González / Grupo ACIR

Alguna vez se han preguntado ¿cómo viven los conciertos las personas sordas? Porque –claro- la música se creó para ser escuchada, sin embargo también se puede ver y sentir.

 

Si bien, cualquier persona puede asistir a un concierto, también es cierto que una parte del público parece excluida de los espectáculos en vivo porque presenta alguna discapacidad. En el caso de las personas sordas, la Organización Mundial de la Salud indica que más de 5% de la población mundial, es decir, 430 millones de personas, presentan pérdida de audición discapacitante.

 

Con estas cifras y para hacer más incluyentes los conciertos, la tecnología dio paso a un chaleco que traduce el sonido en vibraciones para que la música se pueda sentir como un abrazo. Estos chalecos son implementados en algunos conciertos, pero también se requiere el apoyo de intérpretes que no sólo comuniquen con la lengua de señas mexicana la letra de las canciones, sino que transmitan el ritmo de la canción.

Foto: Lalo González / Grupo ACIR

La primera ocasión que se implementó esto fue con Coldplay y sobre esto comenta Karla Pérez-Gil del Valle, gerente de Fundación OCESA: “Coldplay en la última gira que hizo llevaba seis chalecos. Cuando lo hicieron en su gira y vinieron a México, Guadalajara y Monterrey, pidieron que les lleváramos a los intérpretes de lenguas de señas, a los sordos y fue cuando dijimos, ‘esto lo tenemos que adoptar’ por la experiencia de los sordos que salían del concierto, era un antes y un después”.

 

Ahora bien, en México, la cifra asciende a más de 2 millones de personas con pérdida de audición discapacitante. De esta forma, los chalecos sensoriales y el trabajo de los intérpretes musicales con el Programa Vibra ya se puso en marcha.

 

El Festival Arre se convirtió en el primer festival en implementarlo, y ahora se planea hacerlo en el Corona Capital de Noviembre. La reacción que ha tenido el público, la comparte Karla Pérez Gil: “Qué te puedo decir, es una locura. Los adultos mayores, de verdad lloran. En el momento de entrar en esta experiencia inmersiva, la cara de no creer lo que están viviendo es lo más conmovedor del planeta… ellos están entendiendo lo que dice la canción. Hay una transmisión de la emoción. A lado de una bocina, sólo sientes bum bum bum y no te dice nada, pero cuando te abraza la vibración y te la están interpretando, ya es completa la experiencia”.

 

Por lo pronto, adquirir estos chalecos es algo muy costoso, pues su manufactura tiene lugar en Francia. También se debe destacar que además de la tecnología, también se requiere el trabajo de las y los intérpretes y sobre esto comenta Elizabeth Medina, directora del organismo Alas de las Artes: “Para mí es muy importante la labor que hacemos las intérpretes del equipo. Como sabrán, los chalecos emiten el ritmo de la música, pero falta la letra. Lo que dice. Nosotros podemos hablar una canción, pero la persona que está cantando le echa el sentimiento, el punch, grita, lo dice más suave, y es lo mismo que hacemos nosotros, pero a través de las manos, del cuerpo, para transmitir el mensaje completo a la comunidad sorda”.

 

Alejandro Gallardo, quien es sordo profundo de nacimiento y quien preside el organismo Alas de las Artes, ya pudo vivir un concierto con este chaleco sensorial y la interpretación musical. Ante esto, comparte su experiencia a través de Elizabet: “Pues veía, por ejemplo, a mi mamá que bailaba y respetaba esa cultura, igual copiaba el baile, pero no me emocionaba. Ahora es diferentes, se está generando un poco más de sensibilización con las personas sordas, conocen a los artistas y lo disfrutan… porque para los sordos la música no era accesible y se nos hacía a un lado”.

 

El siguiente paso es tener un stock grande de chalecos en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey para que cada vez haya más personas sordas que puedan sentir y ver la música de una forma como nunca antes lo habían hecho.