Los Padres sacan los maderos y vencen a los Dodgers en una fiesta de béisbol en Seúl

Foto: AntonMatyukha - Depositphotos.com

En un auténtico duelo de poder, los Padres de San Diego le dieron revés a los Dodgers y se quedaron con el segundo juego de la serie inaugural, celebrada en Seúl, en una noche en la que Mookie Betts y Manny Machado se robaron todos los reflectores, mientras que Yoshinobu Yamamoto vivió una pesadilla en el Gocheok Sky Dome.

Los Padres salieron triunfantes en el segundo de la Seoul Series por un aparatoso, pero muy cerrado, 15-11 sobre los Dodgers, en el que Mookie Betts firmó una actuación de antología, yéndose de 5-4 con 6 carreras remolcadas, pero no fue suficiente para darle el triunfo a los angelinos.

Luego de dividir juegos en la serie, los Dodgers volverán a Estados Unidos para cerrar con su preparación con una trilogía ante los Angels de domingo a martes, mientras que los Padres tienen pendiente los duelos ante Seattle el lunes y martes.

Ambos equipos cerrarán así su Spring Training para (re)comenzar la temporada oficialmente con el Opening Day el 28 de marzo, los Dodgers ante los Cardinals y los Padres frente a los Giants.

Crónica

La noche que debía ser una fiesta para los Dodgers, que estrenaban a Yamamoto en el montículo, terminó siendo una pesadilla para el lanzador nipón, que se llevó la derrota en el partido.

Yamamoto no salió fino y dejó una primera entrada que marcó el rumbo en el partido. El japonés únicamente lanzó una entrada de 43 lanzamientos en la que permitió 4 hits y una base por bolas que valieron para 5 carreras limpias. Yamamoto se mostró temeroso, sin control sobre sus pitcheos y sin poder exhibir el poder de su arsenal.

El primer rollo comenzó con un imparable de Xander Bogaerts, seguido de una base por golpe a Tatís Jr., los Padres consiguieron adelantarse con carreras de ambos gracias a un triple de Jake Cronenworth, quien anotó en un elevado de sacrificio de Ha-Seong Kim. Para cerrar la primera con ventaja de cinco, los Padres llevaron a la registradora a Manny Machado y Luis Campusano, con par de imparables del propio Campusano y Tyler Wade, respectivamente.

Los Dodgers respondieron con una solitaria carrera, cortesía de un imparable de Will Smith en el que anotó Shohei Ohtani; pero se quedaron con las ganas, dejando la casa llena al final de su turno.

Poco a poco los angelinos hacían su lucha por empatar el partido, marcando la tónica del partido. En el segundo capítulo anotaron una rayita más con un elevado de sacrificio en el que anotó Gavin Lux.

Con paso firme los Padres marcharon en la tercera entrada, en la que parecía podrían sentenciar el juego después de colgar una pizarra de 9-2. Anotaron para San Diego: Campusano, Jackson Merrill y Sander Bogaerts; gracias a un imparable de Bogaerts, un error de Max Muncy -quien tampoco tuvo una buena tarde- y un elevado de sacrificio de Cronenworth.

Discretamente, pero haciendo ruido con el madero, los Dodgers recortaron nuevamente la distancia, respondiendo con carreras remolcadas por James Outman, Jason Heyward y Mookie Betts; que llevaron de vuelta a home a Will Smith, Max Muncy, Heyward y Gavin Lux, para por el 9-6 en el luminoso.

La quinta entrada no decepcionó y trajo aún más carreras. Para los de San Diego fue Jake Cronenworth quien hizo el trabajo duro, pegando una línea con la que Jackson Merrill colgó la décima de los Padres, mientras que para los de LA Mookie Betts le dio con todo a la pelota y la mandó a la calle, el primer cuadrangular en la temporada, que aunque aún lejos, acercaba a los Dodgers con un 10-7 en el marcador.

El festival no paraba y poca resistencia mostraron ambos bullpens, aunque el golpe más duro se lo llevó el de los angelinos, que fue incapaz de apoyar a la ofensiva y mantener a raya a los Padres, que sumaron una carrera más en la séptima gracias a un doble de Campusano en el que anotó José Azocar.

Los Dodgers confirmaron su buen momento y parecía que harían la primera gran hazaña de la temporada en apenas el segundo juego del año tras conseguir un par de carreras más en la séptima, en la que Will Smith puso a correr a Mookie Betts, quien hizo lo propio en la octava llevando de vuelta a casa a James Outman para acercar a los Dodgers 12-11, pero el momento del partido estaba por llegar.

Con los angelinos respirándoles en la nuca y amenazando con dejarlos tendidos, Manny Machado tomó su turno en la alta de la novena; con corredores en las esquinas, se paró en la caja de bateo y viendo lentamente hacerse cada vez más grande un cambio de velocidad que se quedó en el corazón del plato… ¡la puso en órbita! Nada que hacer más que admirar el estruendoso batazo que colgó el 15-11 en el marcador y sentenció el juego en favor de los Padres.

Las Figuras

Para los Dodgers, indiscutiblemente el hombre estrella de la noche, liderando el lineup, fue Mookie Betts. Mr. MLB se fue de 5-4 con 6 carreras remolcadas, pegó el primer cuadrangular de la temporada y se quedó a un triple de pegar un ‘ciclo’ (sencillo, doble, triple y cuadrangular).

También para los angelinos se lució Will Smith, que cerró su noche con una actuación de 6-4 con dos carreras remolcadas.

Aunque la actuación de Betts le hubiera valido ser el más valioso de cualquier otro partido, el hombre que sentenció el partido fue Manny Machado con su cuadrangular de tres carreras para sellar el triunfo de los Padres cuando parecían estar contra las cuerdas y por caer a la lona. El Manny se fue de 4-1, aunque su único hit sin duda fue indiscutible.

Si bien fue Machado quien se lleva el honor de ser la figura del partido, a quienes hay que aplaudirles y reconocerles su destacada actuación es a Jake Cronenworth y a Luis Campusano. El primera base Cronenworth sostuvo la ventaja de los Padres cuando importaba, impulsando 4 de las carreras, firmando una noche perfecta de 4-4; mientras que el receptor dio cortesías por dos carreras en un juego en el que se fue de 6-3.

El mayor deudor en este partido fue Yoshinobu Yamamoto, que deja una mala impresión en su primera apertura de Grandes Ligas en la cual tuvo que pasar por toda la novena de San Diego para salir de la primera entrada, aunque eso no le resta importancia al mucho trabajo que aún deben hacer los relevistas de ambos equipos, que fueron incapaces de contener el caos.

Finalmente, para encender las alarmas fue la actuación de Max Muncy, que abrió las puertas a San Diego para ampliar su ventaja al no poder fildear un par de rodados en la tercera y la séptima. De igual manera, aunque en un menor tono de preocupación, Mookie mostró en un par de ocasiones dificultades para fildear y sacar los outs en el campocorto, lo que podría hacer creer que Roberts podría plantearse el ajustar a sus jugadores de cuadro.

Aunque aún es demasiado pronto para sacar cualquier conclusión, la única que es definitiva es que para fortuna de las novenas californianos, todo apunta a que sus peloteros están listos para macanear en cuanto se cante el playball.

Por Jaime Gómez Torres e imagen de AntonMatyukha/Depositphotos.com