(Con informaciòn de EFE)
El base Damian Lillard, un nativo de California, se erigió en el gran estrella deportiva de la noche dedicada por Los Angeles Lakers a darle el último tributo a Kobe Bryant, fallecido de forma trágica en un accidente de helicóptero, al protagonizar una actuación individual que honró mejor que nadie a la “Mamba Negra”.
No fueron las estrellas de los Lakers, el alero LeBron James ni el pívot Anthony Davis, los que pusieron el mejor baloncesto sobre la pista del Staples Center, aunque sí sus emociones y lágrimas, sino Lillard, la gran figura de los Trail Blazer de Portland y de la jornada de la NBA, en la que también los Raptors de Toronto siguieron imparables y los Bucks de Milwaukee dieron la sorpresa negativa.
Fue el primer partido disputado en el Staples Center desde el fallecimiento, el pasado domingo, de Bryant, su hija Gianna, de 13 años, y otras siete personas más que iban a bordo del helicóptero siniestrado en las montañas de las afuera de Los Ángeles. Su gran familia, como ya había hecho antes toda la NBA, le mostró lo grande que fue para ellos.
Pero no pudieron ofrecerle, frente a los renacidos Trail Blazers de Portland, lo que más deseaba siempre la “Mamba Negra” cada vez que estaba en un campo de juego: la victoria.
Esa se la quedaron con todo merecimiento los Trail Blazers porque tuvieron en Lillard a la gran figura que aportó 48 puntos y también fue el que mejor supo controlar las emociones y la lágrimas que estuvieron durante todo el partido a flor de piel.
Lillard vivió, como el resto de la familia de los Lakers, la NBA y el baloncesto mundial la tragedia que el pasado domingo se dio cuando el helicóptero en el que viajaba Braynt, su hija Gianna Maria (Gigi), de 13 años, y otras siete personas más, se estrelló en las montañas a las afueras de Los Angeles, y todos perdieron la vida.
El base estrella de los Trail Blazers estuvo imparable toda la noche y se quedó a una asistencia del triple doble después de aportar 10 asistencias y nueve rebotes.
Lillard, en otra actuación individual fenomenal al encestar siete triples, guió a los Trail Blazers a la victoria en un ambiente cargo de emotividad y que de alguna manera más perjudicó a los Lakers, que luchan con el trauma afectivo de la tragedia de perder a Bryant, su líder encestador de todos los tiempos, que les dio cinco títulos de liga y el que más partido jugó durante 20 temporadas consecutivas.
Ambos equipos se pararon en la cancha durante un homenaje conmovedor antes del juego a Bryant, que incluyó canciones, lo más destacado de Kobe y un conmovedor discurso de la nueva superestrella de los Lakers, que llegó para ocupar el puesto de la “Mamba Negra”, “The King” James.
Lo más destacado de la carrera de Bryant fue presentada en la pantalla de vídeo del campo en cada descanso, mientras en el campo sería siempre Lillard el que pusiese la mejor exhibición encestadora y espectáculo deportivo.
Los siete triples de Lillard le dieron 40 en sus últimos cinco partidos, nuevo récord en la NBA, que de no ser porque la noche era exclusivamente en memoria y homenaje a Bryant, se hubiera convertido en algo grande, pero que en realidad lo fue porque acabó como la mejor aportación deportiva en el tributo a la “Mamba Negra”.
