Dramatismo e ilusión fue lo que generó la semifinal del Clásico Joven que de nueva cuenta le favoreció al América (2-1) sobre Cruz Azul.
Si bien el marcador global quedó igualado (2-2) el factor de posición en la tabla le da el pase a los Azulcremas.
Las Águilas dominaron todo el encuentro, los jugadores presionaron en la cancha y la afición desde la tribuna, generando un ambiente inigualable.
Un disparo que perdonó Kevin Álvarez, otro de Erick Sánchez y un tiro que estrelló Henry Martín en el poste habló del poder ofensivo de las Águilas.
A esto se suma unas polémicas jugadas que el árbitro decidió que no eran para penal.
Llegó el silbatazo del primer tiempo y Henry Martín citó a todos sus compañeros en el medio campo, pidiéndoles tranquilidad.
En el segundo tiempo Cruz Azul por fin se acercó al arco de Luis Ángel Malagón y para fortuna de los Celestes una diagonal le quedó a Faravelli para que anotara e ilusionara a los Celestes (57′).
Este gol por momentos preocupó a los Azulcremas, hasta que Mier, el mejor elemento de la Máquina hasta el momento, se equivocó.
En un balón que disputo con Aguirre cometió falta en el área, la jugada se revisó en el VAR y el central dictaminó penalti a favor de las Águilas.
Henry Martín tomó el balón y desde los 11 pasos comenzó a construir el camino a la final, disparó e igualó el encuentro (66′).
Esto animó totalmente a las Águilas que incluso tuvieron un remate que pegó en el poste y no se metió.
Lo que sí entro fue un cabezazo de Borja que apareció solo en el área, remató correctamente (78′) y se celebró por los jugadores en la banca, en el palco por Jardine y en la cancha por todos los jugadores.
América lo hizo de nuevo, mostró su poder ofensivo y logró igualar el global (2-2) para instalarse en su cuarta final consecutiva y justo están cerca del anhelado tetracampeoanto.
(Con información de Arturo Sanguino)
