Carlos Alcaraz se clasificó este martes a los octavos de final del ATP 1.000 de Cincinnati tras derrotar al serbio Hamad Medjedovic por 6-4 y 6-4 en una hora y 34 minutos.
Tras un debut de luces y sombras frente al bosnio Damir Dzumhur, el español y número dos del mundo mejoró respecto a su estreno, pero ofreció ante Medjedovic (n.72) otra actuación de claroscuros, con algunos tramos muy solventes, de gran oficio, y también con momentos más vacilantes.
En cualquier caso, Alcaraz consiguió en otra tarde de muchísimo calor en Cincinnati su victoria número 50 de la temporada con un balance total de 50-6. También lleva 13 triunfos consecutivos en los ATP 1.000 después de sus títulos en Montecarlo y Roma.
Su próximo rival en Cincinnati, torneo que supone su regreso a la competición tras Wimbledon y en el que fue subcampeón en 2023, será el italiano Luca Nardi (n.98), que avanzó por la retirada del checo Jakub Mensik (n.17).
De 22 años, Medjedovic empezó el partido tremendamente seguro con su saque y sin dar ninguna opción a Alcaraz.
En cambio, el murciano tuvo pronto su primer reto para evitar el ‘break’ con un 0-30 y 1-2 abajo, un pequeño lío del que pudo salir sin consecuencias.
Los puntos eran muy breves, sin espacio para largos peloteos ni alternativas. Quizá también influyó en ello el sofocante calor, con 32 grados y un 54 % de humedad, cuando los dos tenistas saltaron a la pista pasadas las 15 horas locales (19 GMT).
Alcaraz esperó pacientemente su momento. No entró en precipitaciones y la oportunidad se abrió con 3-3 al resto.
Fue un juego larguísimo de más de diez minutos, una anomalía para como había sido el encuentro hasta entonces. Medjedovic, arriesgando muchísimo, empezó a sufrir con dobles faltas y también se pasó de frenada con algunos puntos que intentó ganar demasiado pronto.
No fue un ‘break’ inmediato ya que Alcaraz desperdició tres bolas pero a la cuarta certificó la rotura y encarriló el primer set (4-3).
El de El Palmar empezaba a ganar confianza: un ‘vamos’ aquí, un ‘vamos’ allá. No dejó puntos espectaculares o asombrosos como suele, pero resolvió la manga con solidez y aplomo desde su saque (6-4 en 46 minutos).
Con nada que perder, Medjedovic decidió hacer un órdago constante en una segunda manga en la que alternó golpes brillantes con decisiones más propias de un temerario.
Alcaraz no perdió el guion pese a los peligros que le llegaban del otro lado de la red, sobre todo en forma de dejadas. Mantuvo la firmeza y la calma, siguió moviéndose con soltura y también encontró instantes para tomar vuelo con algunas voleas muy finas o con una derecha que por momentos empezaba a ser más profunda.
Aplausos e irregularidad
Le faltaba un chispazo para comenzar a decantar el encuentro y pareció llegar con 2-2 al resto. Medjedovic tenía un punto en apariencia ganado y Alcaraz se revolvió con una recuperación milagrosa, se llevó la mano a la oreja para escuchar los aplausos del público y concretó el ‘break’ (3-2).
Sin embargo, volvió a asomar la irregularidad. Alcaraz, extrañamente acelerado en un juego muy importante, concedió el primer ‘break’ de la tarde al balcánico (3-3), quien se encontró de repente con un hilo de vida.
“Me voy todas a donde está él, todas”, gritaba el español muy frustrado a su cuerpo técnico.
Por fortuna, todo quedó en un susto. Alcaraz rompió de nuevo el saque a Medjedovic y, ahora sí, ya no levantó el pie del acelerador hasta sellar el triunfo con un saque directo.
Con información de EFE e imagen de zhukovsky/Depositphotos.com