(Con información de EFE e imagen de Depositphotos.com)
A punto de cumplirse 88 años del único título que luce el Preston North End en sus vitrinas, el conjunto del norte de Inglaterra se clasificó para los cuartos de final de la Copa después de ganar con claridad al Burnley (3-0) con los tantos de Robbie Brady y de Milutin Osmajic.
La Copa de Inglaterra que ganó en 1938 es la última gran alegría que ha llenado de orgullo a los aficionados del Preston, que mantienen su sueño de disputar otra final para terminar con una sequía de casi nueve décadas. Aquel 1-0 del 30 de abril de 1938 frente al Huddersfield es una reliquia histórica que podrían desterrar para siempre si ganan cuatro partidos más (las semifinales son a ida y vuelta).
El Burnley fue la víctima de la ambición del Preston. En un duelo de equipos de ‘Championship’, el cuadro local fue el que se llevó el gato al agua gracias sobre todo a un hombre, Robbie Brady, que rompió la muralla visitante con un golazo espectacular. A la media hora, se sacó de la chistera un lanzamiento de falta inapelable que entró por la escuadra de la portería defendida por Vaclav Hladky, incapaz de salvar un disparo medido con escuadra y cartabón.
Fue el premio a la insistencia del Preston, que sentenció el partido antes del descanso con el acierto de Osmanjic. El delantero montenegrino aprovechó un pase filtrado espectacular de Brad Potts para superar a Hladky en un mano a mano y sentenciar un partido cuya segunda parte fue un trámite. Sólo Will Keane, con el 3-0, pudo redondear un marcador con el que el Preston mantiene su sueño de alcanzar una final que sería histórica.
