Un hacker que trabajó para el Cártel de Sinaloa obtuvo registros telefónicos de un agente del Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) y accedió al sistema de videovigilancia de la Ciudad de México para rastrear y asesinar a informantes de esa agencia en 2018, de acuerdo con un informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos publicado el jueves pasado.  

En el documento se detalla que el hacker trabajaba para un cártel a cargo de “El Chapo”, en alusión a esa organización criminal y a su exlíder, Joaquín Guzmán Loera, quien en 2017 fue extraditado a Estados Unidos y sentenciado en 2019 a cadena perpetua por diversos delitos relacionados con el tráfico de drogas. 

No se revela la identidad del ciberdelincuente, del agente, ni de las víctimas, pero se indica que el primero identificó al Agregado Legal Adjunto del FBI en la Embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México y obtuvo de su dispositivo el registro de llamadas realizadas y recibidas, sus datos de geolocalización y, además, utilizó el sistema de cámaras de Ciudad de México para seguirlo por la ciudad e identificar a las personas con las que se reunió.  

El Cártel de Sinaloa utilizó esa información para intimidar y, en algunos casos, asesinar a posibles fuentes o testigos que colaboraban con el FBI.  

El informe es resultado de una auditoría del inspector General del Departamento de Justicia sobre los esfuerzos del FBI para mitigar los efectos de la “vigilancia técnica ubicua”, en el que se destacan los riesgos asociados con la proliferación de cámaras de seguridad y el uso masivo de datos digitales en todo el mundo.  

Tras los hechos, el informe recomienda fortalecer la capacitación de su personal y desarrollar estrategias para mitigar los riesgos que la tecnología representa en manos de grupos criminales.