El Departamento de Justicia de Estados Unidos inició una investigación penal por el accidente de un Boeing 737 Max de Alaska Airlines, ocurrido el 5 de enero pasado, cuando un panel del avión se desprendió en pleno vuelo, forzando a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia.    

No hubo heridos de gravedad, pero la investigación se centra en determinar las causas del incidente ocurrido tan solo siete minutos después de despegar del aeropuerto de Portland, Oregon, así como evaluar cualquier posible responsabilidad o negligencia de las partes involucradas.      

Alaska Airlines informó que están cooperando plenamente, mientras que Boeing declinó hacer comentarios.      

En su momento, en una carta dirigida al Congreso de Estados Unidos, Boeing reconoció que no pudo hallar registros del trabajo realizado en el panel de la puerta del avión afectado. Supone que los registros del retiro y reinstalación del panel en la línea de ensamblaje final en Renton, Washington, no se crearon, aun cuando sus sistemas lo exigen.      

Por su parte, en un informe preliminar, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB, sigla en inglés), indicó que faltaban cuatro pernos que ayudaban a mantener la puerta en su lugar después del retiro del panel.      

La reparación de los remaches dañada fue realizada por contratistas que trabajan para Spirit AeroSystems, proveedor de Boeing, pero no pudo determinar quién retiró y reinstaló el panel de la puerta.      

La investigación también contribuirá a determinar si Boeing cumplió con un acuerdo anterior sobre la seguridad de su avión 737 Max tras los mortales accidentes de 2018 y 2019, que provocaron la muerte de 346 personas.      

En 2021, Boeing acordó pagar 2 mil 500 millones de dólares, incluyendo una multa de 244 millones de dólares, para resolver una investigación sobre ambos accidentes en vuelos operados por Lion Air y Etopian Airlines.