Por segundo día consecutivo, Rusia lanzó bombardeos masivos contra varias ciudades de Ucrania, provocando severos daños en la infraestructura civil.
Los recientes ataques fueron condenados por los líderes del Grupo de los Siete (G7), quienes en reunión virtual de emergencia con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, aseguraron que pedirán cuentas al gobierno ruso.
En un comunicado de 13 puntos, rechazaron la anexión ilegal de las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, así como de Crimea y la ciudad de Sebastopol.
Asimismo, hicieron un llamado a las naciones para que exijan a Rusia el cese de todas las hostilidades y la retirada inmediata, completa e incondicional de todas sus tropas y equipos militares de Ucrania.
El G7 también acordó seguir imponiendo sanciones económicas a Rusia, incluidas las personas y entidades -dentro y fuera del país- que presten cualquier tipo de apoyo a los intentos ilegales del Kremlin de cambiar el estatus del territorio ucraniano.
En este sentido, envió un mensaje a Bieolorrusia, para que deje de posibilitar la agresión permitiendo que las fuerzas rusas utilicen su territorio y den apoyo a los militares rusos.
De igual forma, condenó la decisión de Rusia de apropiarse de la central nuclear de Zaporiyia, lo cual también fue rechazado por Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), quien hoy se reunió con el presidente ruso, Vladímir Putin, para hablar precisamente sobre el futuro de la mayor planta nuclear de Europa.
Grossi subrayó que para la OIEA la planta es una instalación ucraniana que pertenece a Energoatom, la corporación atómica de Ucrania.