Agustín Villareal fue expulsado de una congregación religiosa por dividir a los fieles

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Los casos de líderes, predicadores y pastores, que luego de tiempo resultan ser personajes contradictorios al interior de sus comunidades religiosas por terminar con severas acusaciones, son comunes  en la historia reciente de México.

Prueba de ello, es la historia de  Agustín Villareal Budnik, coordinador de jóvenes y luego pastor de la Congregación Cristina Misiones del Castillo del Rey: organización  de Nuevo León que mediante unas cartas del concilio (máxima autoridad de esta congregación) “expulsó” a este empresario por comenzar a fomentar otro dogma ajeno al de su asociación religiosa.

Era tanto el peso de Agustín Villareal en la congregación, que el 12 de julio de 1993 se pidió el registro de la asociación religiosa “Castillo del Rey” a la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación y entre los apoderados legales, como presidente, aparece Agustín Villareal, y como secretario, Rubén Hernández Yescas, de acuerdo al documento presentado al director de Asuntos Religiosos, Nicéforo Guerrero Reynoso.

Expulsión

Es precisamente, Hernández Yescas, actual pastor de la Congregación Cristina Misiones del Castillo del Rey quien narra  la historia del caso de Agustín desde la fundación de la misma. El objetivo de ella comenta Hernández, “es una iglesia misionera. Tenemos objetivo de llevar el evangelio a todo el mundo. Nuestro lema es “toda la iglesia llevando el evangelio’”.

Como parte fundacional de Castillo del Rey, asevera que “la familia Villareal (Agustín Villareal Elizondo, Sulamit Budnik Lozano e Isaac Villareal Budnik)  para nosotros es muy especial, puesto que nos ha brindado siempre su ayuda desde el principio en el nacimiento y organización de este movimiento”, asegura Hernández Yescas.

Hace una evaluación, de cómo se comenzó a hilar de forma contradictoria la participación de Agustín Villareal en el contexto religioso de la ordenación.

“Conocí a Agustín Villareal cuando yo me convertí a Cristo. Agustín junto con muchos jóvenes  empezaron a asistir, fue tomando parte del liderazgo en nuestra organización, como líder de jóvenes, y posteriormente pastor” sin embargo su vocación se “transformó”,  afirma.

“La situación con Agustín Villareal es que él, adoptó después otra declaración, otra fe, el creer o decir que Jesús no es Dios. Es el pensamiento que después él tuvo que no era acorde ni congruente con nuestra doctrina, la  cristina. Esta separación trajo muchísima confusión en la gente y se perdió mucha por la confusión”, recuerda el pastor.

 

Este ambiente trajo sus consecuencias para esta estructura eclesiástica y así lo rememora. “Cuando todo salió a la luz y se le pidió a   Agustín Villareal que ya no fuera parte de esta organización, la gente entonces empezó a preguntar y fue cuando hubo la confusión y  dudas en la gente además de ruptura. La iglesia sufrió un golpe fuerte. Muchos se apartaron de la fe”, concluye el pastor Rubén Hernández.

Finalmente por estas causas, mediante unas cartas el concilio —máxima autoridad de la Congregación Cristina Misiones del Castillo del Rey— expulsó a Agustín Villareal de la cofradía: por generar la “división al interior” de sus filas, por ser el causante de una irreverencia contraria al pensamiento de su “comunidad religiosa” que lo define como una “persona capaz de violentarlo todo” por sus objetivos.