El dilema es ¿Se les debe permitir a los chavos usar sus celulares en clase?
La lógica nos dice que NO, porque es probable que pensemos que si eso ocurre, los estudiantes van a utilizar para todo sus celulares menos para la clase.
Pues bien, todo parece indicar que de momento esa decisión estará en manos de papás y profesores porque los estudios al respecto no son aun concluyentes.
De acuerdo con la ENDUTIH 2024, que es la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y uso de Tecnologías de la Información en los Hogares, en 2023, 97.2 millones de personas usaban un teléfono celular, lo que equivalió a 81.4 % de la población de 6 años o más y eso incluye a los estudiantes mexicanos. Y de todos ellos el grupo de 18 a 24 años presentó el mayor porcentaje de personas usuarias de internet, con 96.7 por ciento… Por ello la pregunta sigue siendo la misma,
La doctora Verónica María del Consuelo Alcalá Herrera, de la Facultad de Psicología de la UNAM, coincide con datos de la UNESCO.
En su reporte: “¿Prohibir o no prohibir? Monitoreo de las regulaciones de los países sobre el uso de los teléfonos inteligentes”, la UNESCO dice que se debe actuar con cautela con eso de prohibir, porque en ese caso también se deja en desventaja a los estudiantes ante sus pares que sí utilizan la tecnología. En todo caso explica la doctora, lo que se puede hacer es trabajar en equipo maestros y papás para guiar a los estudiantes.
“Hay varias cosas que se tienen que tomar en cuanta: Una de ellas es cómo se está utilizando el celular en el aula, cuando decimos se usa el celular en la escuela y afecta, yo preguntaría: ¿Cómo se está utilizando, qué es lo que está haciendo el niño con el celular, está platicando con su amiguito, le está escribiendo su mamá desde su casa, está viendo un video o está viendo Tik Toks?”.
Es decir, y aquí viene tal vez el reto: ¿Cómo se puede convencer a los estudiantes de que utilicen su celular para algo que les aporte en su clase? Esa es una parte que probablemente está en casa, la otra parte está en la escuela, en el salón, con los profesores…
“Cuando me contesten esa pregunta podemos saber si el niño se está distrayendo de las actividades escolares o bien está utilizando el teléfono para una actividad planeada por el profesor. La literatura sí indica que los estudios refieren que va a depender del uso que se le esté dando dentro del aula”.
Pros y contras
Por una parte, de acuerdo con lo publicado en UNAM Global algunos expertos argumentan en favor del uso de los teléfonos, que esos dispositivos pueden ser herramientas educativas valiosas porque es innegable que en diversas redes hay contenido que sí aporta a los temas que se ven en la escuela.
En contraste hay quienes aseguran que son distractores y que afectan el rendimiento de los chavos en las escuelas.
¿Qué opina Verónica María del Consuelo Alcalá Herrera?
“Estos artículos pues tendríamos que revisar con mucho detalle Como es la manera en que midieron el rendimiento escolar Como midieron el luso del celular dentro del aula y por lo tanto la consecuencia por eso es que hay que tomarlo con mucha con mucho cuidado el poder decir no y el poder decir sí”.
De acuerdo con UNESCO, con datos actualizados al 25 de enero de 2025; hay 79 países que han implementado medidas para limitar el uso de los celulares en las escuelas.
Dadas esas diferencias y debido a que existen estudios hablando a favor y en contra del uso de los dispositivos en las aulas y en ambos hay datos reales y valiosos, no se puede hoy por hoy tener una conclusión que en definitiva nos diga sí o no los celulares en el salón…
En todo esto hay una palabra clave para los estudiantes y se llama dice la investigadora: “Autorregulación”, aquellos con poca autorregulación son los más afectados.
El consejo para padres y maestros es, cito a la Doctora Alcalá: Buscar alternativas para aprovechar el celular como una herramienta educativa. Ejemplo: Ya ha aplicaciones para idiomas o para mostrar las matemáticas de una manera más divertida.
En UNAM Global se comparte que de acuerdo con algunas investigaciones, prohibir el uso de los celulares en las aulas podría mejorar la concentración, aumentar el rendimiento académico, fomentar la interacción entre compañeros y promover un uso más responsable de la tecnología, pero si se prohíben los celulares; no hay evidencia de que habrá un impacto significativo en el desempeño académico y tampoco en la reducción del ciberacoso escolar, en todo caso restringir su uso limitaría el acceso a recursos educativos en línea y podría dificultar la comunicación con los padres porque no se están abordando de manera eficaz algunos problemas de la realidad cotidiana.